Primero, no culpar a nadie de la enfermedad y perdonar sin odiar, no guardar rencor porque me haría daño a mí mismo sí lo hiciera.
Segundo, tener fe en Dios, creer que nos premiarán por el mal que nos han hecho.
Tercero, confiar en los profesionales que me cuidan, son los que más me pueden ayudar.
Cuarto, ayudarnos los pacientes entre nosotros, valorar nuestras aptitudes, cualidades y habilidades.
Quinto, valorar a las personas que te quieren de verdad, no a los falsos amigos.
Sexto, no despilfarrar el dinero
Séptimo, Si tengo la tentación de volver, de cambiar el mundo entero, fijarnos en lo pequeño, en el gesto amable (el toque delicado de S. Juan de la Cruz)
Octavo, no hacer daño a nadie, no juzgar (lo sé por experiencia) puedes perder a la persona. No imponer tu razón.
Noveno, prefiero que me hagan daño a hacerlo a los demás.
Décimo, amar por encima de todo, aunque me hayan hecho daño, aunque piense que no lo merecen.
Ama y haz lo que quieras, dijo San Agustín y yo creo amor delicado puede ser el lema de mi vida.
El Esparraguero
Dedicado a un amigo que perdí por juzgarle y entrometerme en su vida
El Esparraguero
Dedicado a un amigo que perdí por juzgarle y entrometerme en su vida